Hoy no tengo ganas de nada. ¡¡¡Ni de levantarme de la cama!!!

Hay días en los que nada más abrir los ojos, nos decimos, hoy no tengo ganas de nada. Son días en los que nos invade esa apatía y nos desanimamos. A algunas personas les afecta mucho el tiempo que haga, y nos dicen «es que los días tan grises no me gustan nada», otras sin embargo se ven afectadas por situaciones personales y nos cuentan «qué más dá, para qué esforzarse tanto», ya sea por una situación de desempleo, por una ruptura en una pareja, o por no tener una ilusión clara por la que luchar día a día.

Os presentamos este vídeo, del Doctor Mario Alonso Puig, en el que nos habla de esa apatía, entendida como la desgana, la falta de motivación, la dejadez y la desidia.

¿Cómo hacer frente al chantaje emocional?

Ismael y Pablo son amigos desde el instituto, a sus 30 años, sus vidas han cambiado bastante, Ismael ha sido padre hace bien poquito y Pablo, que no tiene pareja, requiere la compañía de su «mejor amigo». Las últimas veces que se han visto han acabado discutiendo, Ismael se siente terriblemente mal, las conversaciones siempre acaban con comentarios del tipo: «parece mentira que seas mi mejor amigo», «ya no me dedicas nada de tiempo», «si fueras un amigo de verdad no me darías de lado».

Elsa y Lucas llevan 3 años viviendo juntos, ella no soporta a las amistades de su pareja, está incómoda con ellos porque no los considera de «su ambiente». Cuando salen con los amigos de Lucas siempre acaba la noche con alguna discusión y con palabras tales como: «si me quisieras no me harías esto», «hacerme pasar por esto es de mal novio», «yo a ti esto no te lo haría».

A duras penas, Lorena consiguió dejar en nido familiar hace unos meses, cada vez que vuelve a casa de sus padres para cualquier asunto, sale con un remordimiento que no la deja tranquila, recordando las palabras de sus padres: «nos has abandonado», «ya no nos quieres», «con en casa de tus padres no vas a estar en ningún sitio».

Está claro, el chantaje emocional es mucho más común de lo que nos imaginamos, y no es un asunto que atañe sólo a los psicólogos en su consulta. Yo lo veo a muchos niveles, como psicóloga lo he vivenciado en muchas ocasiones en los procesos de terapia, pero como persona, aún más veces.

¡¡Propósitos para el año 2013!!

Una vez terminadas las fiestas navideñas, a muchos nos da por querer cumplir una serie de propósitos, algunos totalmente alcanzables, otros en cambio, algo más irreales. Después de las comidas de navidad con la familia, amigos, compañeros del trabajo, las uvas, la fiesta de Nochevieja, llega ese momento que se repite una y otra vez, año tras año, y siempre con el mismo comienzo: Para este año me propongo….

¿Has empezado ya con tus propósitos? ¿Crees que los conseguirás? ¿Te has propuesto lo mismo en otras ocasiones?. El año pasado, la revista Time publicó los 10 propósitos que más nos cuenta cumplir. Puedes verlos en el siguiente enlace: Diez propósitos de Año Nuevo que más nos cuesta cumplir.

¿CÓMO PUEDO HACER PARA CUMPLIR MIS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO?

¿Qué es la Psicología del CAMBIO?

En multitud de ocasiones, me habéis escrito, bien en este mismo blog, bien a mi correo personal, para saber un poco más de mi forma de trabajar. Entiendo que cuando una persona está buscando a un psicólogo, se le presentan muchas dudas: ¿será bueno? ¿me ayudará? ¿conseguiré salir de esta situación?

Es por ello que os invito a leer la entrevista que hace poco me hizo en equipo de Siquia.

¿Cuáles son los problemas más frecuentes con los que te encuentras en tus pacientes? 

Trabajo con personas que tienen problemas emocionales, de pareja, ansiedad, estados de ánimo, procesos de duelo, adicciones, y en definitiva con cualquier persona que está pasando por un momento delicado en su vida, el cual le causa un malestar físico y/o emocional. Para orientar a las personas en su resolución siempre comienzo por una explicación, es necesario entender lo que nos está pasando, las personas lo necesitan, y es el comienzo del cambio terapéutico.

¡¡Qué rollo!! Otra vez lunes.

Cada lunes, al encender el ordenador se repite la misma historia, una y otra vez, y siempre de la misma manera: «maldiciendo los lunes».

Que a ver, si yo lo entiendo, los lunes nos fastidian porque tenemos que madrugar, volver a la rutina de trabajo, llevar los niños al cole, hacer la compra, preparar la comida para el día siguiente, y un sinfín de actividades más que se te estarán ocurriendo.